Por Vicente Pascual
Permítanme sin tapujos hablar de la existencia de Dios, mejor hablar del Dios que existe en tanto puede ser percibido y voy a ir mas allá en mi argumentación para hablar de la necesidad de que exista lo que me va a llevar a la conclusión de que este Dios tiene la casa revuelta.
La historia de la humanidad se ha prodigado en estructuras bipolares, que normalmente armonizaban entre sí y en las que solo se destruían unas para dar paso a otras que en algún tipo de lid resultaba vencedoras.
Pues bien la divinidad no es sino otra polaridad (pliegue) del mundo vital de las personas la cual crea marcos fácilmente interpretables que orientan al par que deslizan algo para algunos necesario, como la mano que mece la cuna del infante, y es la aparición del sentido. Normalmente el acontecer histórico de esta divinidad ha tenido un fundamento constructivo de las sociedades en las que se incrustaba, afianzando al grupo aportando soporte a otras polaridades igualmente antinaturales como el poder, la identidad etc. y acogiendo al individuo que sufría por los efectos marginales de la tribu.
En toda sociedad hay muchas personas que por su propia comodidad o incapacidad declinan la tarea de comprender el mundo que le rodea sobre estas polaridades unas veces por imposición otras en el caso de sociedad actual por renuncia o imposibilidad de comprender los más fiables aunque complejos modelos que usa la ciencia. (Véase sino esa reivindicación de infantilidad que reclaman para sus creyentes).
Pues bien en toda sociedad las relaciones constructivas de estas divinidades, son la mismas que contribuyen a formar un determinado tipo de convivencia, iguales pues a las de mercado, políticas, el lenguaje etc., a fin de cuentas relaciones sociales las cuales no producen ligaduras iguales a las de la naturaleza, tal cual una piedra esta obligada a caer, si no que son espurias temporales y transgredibles de ahí una cierta dificultad el definir el orden de lo mejor y menos como orden atemporal y no contextual; sin embargo la humanidad ha cometido ya suficientes errores/aciertos para producir valor sobre ciertas situaciones y poder establecer un cálculo local (a corto plazo) que podamos denominar moral. Esto es: entiendo como inmoral aquellas acciones que con la información que poseo acierto a preveer me trasladarán a estadios no deseados; claro esto supone el esfuerzo de renuncia al individuo religioso de, en el terreno de lo colectivo, renunciar a la infinitud para que el cálculo pueda ser soportado por individuos cuyas previsiones no son trascendentes. Sobre las acciones no marcadas inexperienciadas o desconocidas o debe ser la tolerancia la que marque las líneas y la permisividad aún a riesgo de equivocarnos pues de lo contrario crearíamos una moral restrictiva que estaría muerta antes de nacer ya que habría caducado su validez y estaríamos produciendo valores ficticios que si bien a algunos les puede servir para caminar a ciegas , desde luego no son exportables ni asumibles socialmente (sería algo así como producir palabras sin significado alguno, o intentar comprar en la tienda con dinero del monopoly. La sociedad es un elemento vivo y continuamente descubre nuevos caminos y estadios sobre el que el dialogo y la experiencia marcarán itinerarios posibles a quienes no somos tan osados de echarnos al mar de los monstruos con tres carabelas.
Todas estas polaridades/simplicidades han ido perdiendo terreno a medida que la sociedad se hacia mas compleja y tenía una mayor capacidad por tanto de comprender los modelos que propone la ciencia.
Llegamos a la pregunta de la conclusión de mi argumento, ¿Cómo podemos reforzar las relaciones interpersonales de forma que sean asimilables, no digo comprensibles, por toda la sociedad (culta/o no)? En casi todos los modelos debe ser el miedo, este miedo tan productivo que es común a todos y que a unos les mueve a la intelección a otros a refugiarse en la manada, tal cual lobos o borregos.
Este miedo a lo desconocido ha tamizado eficazmente las relaciones interpersonales, si se supera este miedo irracional solo queda el miedo a lo Ostensible , pero estos miedos deben ser administrados al igual que antaño se administró el de la condenación eterna y el garrote mediante estructuras sociales que resulten fortalecidas por la no utilización del recurso posible.
¿Cómo organizar pues la contradicción Grupo individuo? Es otra de las preguntas que creo se puede responder de forma responsable sin mas que considerar la situación actual como un producto de la historia en la cual la divinidad ha jugado un papel reconozcámoslo importante aunque desde nuestra perspectiva actual moralmente injusto en tanto que provocó el extermino de los diferentes.
Obsérvese que en todo el discurso he considerado la existencia de la divinidad en el mundo de los fenómenos sociales y en absoluto naturales, de aquí la peligrosidad de su tratamiento trivial, ya que la mayoría de los religiosos reivindican esta fortaleza de la naturalidad y para mostrarla son capaces de destruir el sistema. La mayoría de los grupos ateos han perdido el tiempo entrando en debates sobre existencias naturales de la divinidad cuando en este terreno tal debate es y ha sido históricamente totalmente huero y denigrante.
Desde una perspectiva simplista , contra la cual debe luchar en noble lid intelectual la ciencia, es mas conveniente la existencia de un dios como el que predica la cristiandad bien intencionada padre y amor de sus criaturas, pues son nobles sentimientos estos que pueden ser compartidos desde otras referencias bien intencionadas aunque convenientemente traducidos.
Donde esta el problema pues. A mi entender únicamente en la iglesia católica española que lejos de contribuir a la unidad grupal ofertándose como referente identitario que refuerce las relaciones sociales, nos enfrenta en un debate metafísico propio del siglo XII y con aviesas prepotentes intenciones declaran la guerra santa a la ciencia al estado con la única intención de su soberanía política y inmolando como ya afirmé incluso a sus propios fieles, amparada por antidemócratas políticos oportunistas que afirman su condición de creyentes como mero objeto de mercadería electoral (reescribiendo conceptos como los de socialismo, liberalismo cuando hubiere menester para mediante un quiebro unificarlos con cristianidades que les proporcione una bien calculada rentabilidad despreciando a los inocentes ciudadanos que creen estar votando acorde con su ideología, también estos deben ser considerados absolutistas pues defienden esta unidad en ellos mismos esto es ¿Qué es el cristianismo pues yo? Y ¿que es el socialismo? Pues yo también, con lo cual fuera del mundo y ya sobrinos de la divinidad dialéctico-iluminista, insuflan al mundo su imagen espabilo-democrática de su propia persona, evidentemente estos serán ecumenistas, pues por que van a despreciar el voto musulmán y además laicistas pues por que se les va a escapar el voto ateo, igual lloran detrás de la virgen de los llanos que redactan tesis doctorales sobre Bakunin.
Por tanto sería interesante un punto de partida de la mutua aceptación de la existencia de esta divinidad social e intentar trascender el inútil debate religioso que no lleva a ninguna parte desenmascarando a estos seres bifrontes y creando estructuras horizontales donde el dialogo (de civilizaciones) yo diría de seres civilizados pueda tener lugar.
Podría producirse un invento mítico-fundamentado que satisfaga las básicas necesidades sociales, donde la divinidad siga ocupando el terreno de consuelo para quien lo desconocido le resulte insoportable y para quien no se arriesga a ir mas allá, como ha sido hasta ahora, y reconocer la valía del descubridor que nos agranda este mundo y erradica los monstruos de los océanos y de las tormentas en lugar de pedir su incineración, para poder seguir contribuyendo a conseguir los propósitos de dulcificar la existencia del ser humano sobre la tierra y sus relaciones con el entorno y los demás con colaboración y diálogo mas que con enfrentamiento.
También me voy a permitir hablar de la ocupación del espacio público por las religiones. Pues bien es esquizofrénico pensar que una persona religiosa va a aparcar sus convicciones a la hora de intervenir políticamente, lo que a las religiones debe exigírseles es que acepten la democracia y como ya dije emitan sus mensajes hacia un dialogo político esto es como un calculo de posibilidades con referentes históricos hacia la totalidad de la población no solamente con sus fieles ignorando o maldiciendo de quienes no comulgan con sus creencias/principios, esto abundaría en un debate ético/moral que seria siempre beneficioso para la sociedad.
Tal vez una reforma constitucional en la que la pertenencia religiosa deba hacerse explicita para ante estas situaciones no marcadas se pueda atenderle en la medida de sus preferencias, así cuando un católico llegue a una unidad de dolor el médico debe conocer que debe alargarle la agonía todo lo posible pues esa es su decisión , lo que no parece ser de recibo es lo que ocurre en loa actualidad y una marca como negativo criminaliza a los médicos que lo ejercen sobre quien libremente pide le sean aplicadas, o bien reformar la legislación de forma positiva para todos, axial también podemos hablar de la investigación con células madres, los salvamentos por segundas concepciones etc. y otros muchos casos donde se puede redefinir una ética/estética/política válida para todos.
martes, 17 de marzo de 2009
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